DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Nelson, te encontraré, no tardo

¡Nelson…! Muchacho, no tardes tanto, aparece por favor. Te he estado buscando, No me cansaré de hacerlo: nos haces tanta falta. Tal vez en aquel grupo de médicos que conversan sobre sus labores internacionalistas. Me rodea la alegría, pero no te he hallado. Ah, entre los militares… Con esa firmeza tuya. tu rigor desde chiquito, quizás seas un alto oficial…Pues no. Y si en el Ministerio del Interior. Tampoco. Tenías dotes para integrarlo.

Ah, en el magisterio. Fue mucho el ejemplo de aquella maestra cruzando ríos revueltos con tal de arribar al aula enclavada en un bohío. Ya es una anciana. Le doy tus señas. No eres un profesor como pensé: me envía a buscarte al estadio de tu pueblo. En la sonrisa detecto un halo de tristeza. Le beso la mano y hacia aquel combinado deportivo de San José de las Lajas. Tal vez basquetbolista o judoca; mejor, pelotero. Frente al estadio; ¡Dios, ¿por qué está tu nombre, Nelson Fernández. en lo más alto?

¡Te he encontrado! Eres uno de los Niños Héroes de Playa Girón, artilleros contra el invasor. Repelen el apoyo de sus titiriteros gringos. “¡Le dimos, le dimos...!” Derriban envuelto en llamas a un avión de los malditos. Otro de esos aguiluchos, muy averiado, tiene que regresar a su base. Un tercero cae al mar.  “Hirieron a Nelson... Hay que salvarlo…Es tan joven… ¡Es un niño! “Mas las heridas infligidas por la metralla yanqui de un avión yanqui piloteado por un yanqui, nos deja sin ti.. La madre escucha tus últimas palabras cuando agonizas sobre el lecho del hospital: Mami, ¡esto es de Patria o Muerte...Venceremos...!
     
Nelson, no pudiste ser médico, obrero, ingeniero, campesino, militar, maestro, artista, atleta…Los antihumanos no te lo permitieron Los del imperio y los traidores te asesinaron a la edad de 14 años. Eres el más joven combatiente que enfrentó a esos miserables en abril de 1961. Te he encontrado, pero no vamos a permitir que seas un monumento frío a pesar de la belleza de este parque beisbolero. Que vibres dentro y fuera del terreno. No caíste solo para que el deporte fuera un derecho de la nación, aunque por eso también. La dignidad y el futuro de la patria estaban en peligro y antepusiste la dignidad propia, crecida por encima de tu corta edad, a cualquier duda, a cualquier miedo. No te dejaremos desaparecer: ayudarás a esculpirnos, a perfeccionarnos.
 
Como hablamos de lo deportivo, no debemos creer que con los contratos, la subida de los salarios, la mejoría económica- proceso justo y necesario- está resulto todo. Pies en la tierra, al estimular la entrega, el rigor con la indispensable profesionalidad, no debemos caer en las garras del lucro del profesionalismo. A cada cual según su trabajo (Marx) y cada ser humano debe recibir lo que merece (Martí), ambos abrazados a la equidad, muy alejados del nefasto e injusto igualitarismo. Aunque es terrible hacer las cosas poniendo el dinero en la mirilla: convierte a las personas en animales amaestrados, actuantes por la golosina prometida.

Las batallas no han terminado: existe el imperialismo, ese que te asesinó. Fuerzas externas e internas agreden a Cuba hasta en lo cotidiano. Por las redes sociales, sin ser el único sendero, nuevos mercenarios intentan invadirnos con sus alas-mentiras, balas-desesperanzas, balas-desunión.; tratan de que las genialidades de los adelantos tecnológicos nos dominen y no nosotros a ellos.  Primero, luchemos contra nuestras imperfecciones para que no se cuelen por esos resquicios, y neguemos dialécticamente la trascendental creación. Que sea arma arrebatada al enemigo para utilizarla contra él, al estilo de lo que hacían los Rebeldes con las arnas de las huestes batistianas.  Urge elevarla en contenido y forma.
       
Si nos atacan por ese medio o con videos, canciones, pinturas, artículos, narraciones, filmes...respondamos por esas mismas vías, creadores, profundos y creíbles, la ética enlazada muy firme con la estética. Y tú nos acompañarás en esa y todas las lides Ves, tenía que encontrarte.